Juicio por Otoño: Octava audiencia: arte para resistir, memoria para no olvidar, abrazos para soportar
Cada mañana, al ingresar en la Sala de la Oficina Judicial de Cipolletti donde se desarrolla el juicio por el femicidio de Otoño Uriarte, el tiempo parece detenerse. Desfilan las y los testigos, los expertos, los peritos. El médico forense. El policía. Los cuatro imputados con sus caras pesadas porque parecen enfermos. La abogada de tacos altos y los abogados con sus trajes. Su señoría, las juezas y el juez del tribunal.
Afuera, se reúnen amigas, familiares de Otoño y gente cercana. En ronda comparten mates y consejos para relajarse. Algunas toman té de valeriana, tilo, lavanda o esa mezcla de yuyos que se consigue en la farmacia. Otra, clonazepam. Hace mucho no tomaba clonazepam, pero es la única manera de soportar porque con el juicio empezaron, también, las pesadillas. Están reviviendo todo aquello que desde hace 18 años habían tratado de tapar para seguir con sus vidas. Pero no se puede olvidar. Otoño no se puede olvidar y por eso están ahí.
Para Morena Sánchez, profesora de plástica de Otoño, desde que su alumna desapareció el arte se convirtió en su trinchera. “Desde el momento en que ella desaparece uso el arte como mi herramienta de cobijo, de canalización y además, de lucha”, cuenta sentada en el suelo mientras pega en un cartel de cartón unas flores impresas que acompañarán la frase “Nos matan”. A su espalda, una gigantografía de Otoño cubre la pared del juzgado y hoy se sumaron los afiches realizados por diversxs artistas que tienen la fecha grabada, como un loop. Siete años, diez años, once años. 18 años sin Otoño.
Un cuerpo
En esta octava jornada del juicio testificó el perito Enrique Prueger y habló sobre el cuerpo. Ese cuerpo que estaba en el agua, a catorce metros de profundidad, en el desarenador de un canal de riego. Ese cuerpo que era una amiga, una compañera de escuela, una jugadora de voley, una hermana, sobrina, prima. Una hija.
Prueger es Licenciado en Criminalística especializado en homicidios complejos. Su expertis no es determinar “la causa de la muerte de una persona”, pero sí analizar desde “el punto de vista de los fenómenos tanatológicos” aquellos fenómenos que pueden determinar qué pasó con el cuerpo entre la muerte de la persona y el hallazgo del cuerpo.
En su testimonio Prueger reveló los siguientes datos. Uno, el cuerpo de Otoño estuvo, como máximo, una semana en otro lugar y recién ahí fue a la usina. “Lo cambiaron de ambiente, pasaron de un ambiente seco y lo mandaron al agua”, explicó.
Dos, dijo que “muy probablemente” la mataron cerca de la fecha de su desaparición.
Tres, coincidió con el doctor Handam sobre las heridas y dijo que el corte se habría producido por un cuchillo tipo “tramontina” en una escena de lucha.
Cuatro, “le pusieron una carga en los miembros inferiores para que llegara en esa posición al desarenador. Nunca hubiera llegado en la posición, hubiera flotado varios días”, detalló.
Además, dijo que en el juzgado le “perdieron” una carpeta con más de 30 páginas de informe, donde desarrollaba sus conclusiones sobre la autopsia, el estudio en el lugar, las prendas y las pruebas de blue star, donde se determinó que había sangre en la campera de la joven. Ese documento volvió a aparecer en manos de la jueza María del Carmen García García pero evidentemente no se adjuntó al expediente porque, según su relato, en la segunda intervención que toma en el caso la carpeta ya no estaba.
¿Por qué cree Prueger que desapareció la carpeta? “No sé, molestaba a alguien”, aseguró en una entrevista a la salida de la sala tras su declaración.
Una canción
La audiencia de este jueves terminó temprano. Santiago Márquez Gauna, el primer secretario de la causa, no se presentó a declarar y aún no se sabe si desde la querella y la fiscalía pedirán que lo haga. Antes habrá que escuchar el testimonio de Claudio Retamal, uno de los policías que integró la Comisión Investigadora comandada por el actual ministro de Seguridad de Río Negro, Daniel Jara.
Se espera que Retamal declare este viernes, como también la médica especialista en genética forense, María Belén Cardozo.
La octava jornada cerró temprano y con una canción. En la guitarra, Genaro interpretó “Memoria de los muertos”. A su alrededor, las amigas, amigos y familiares de Otoño escuchaban en un abrazo sentido. Así, abrazados, siguen resistiendo.
Fuente: latercerapuerta.com
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